Ha pasado un año desde que estuve en un concierto y ahora con una vacuna que promete salvarnos del apocalipsis, quiero imaginar un escenario viable para el target no VIP, es decir los que compramos boletos en cancha o en “el palomar” y que ya no podemos convivir con la multitud.
El 03 de marzo de 2020, asistí al palacio de los deportes en CDMX para ver a una de mis bandas favoritas en la que quizá fue mi última experiencia de ese tipo. Canté y bailé abrazando a mis amigos y a unos extraños mientras bebíamos juntos. Era feliz y lo sabía.
Un par de semanas más tarde apareció en los medios que uno de los asistentes de ese mismo concierto había muerto por COVID-19. Después de confirmar que mis amigos estaban bien y que ir al cierre de un tour llamado: A Final Gig Named Death no fue una idea muy inteligente, vimos cómo surgieron tendencias para que los músicos y las bandas sobrevivieran al apocalipsis llamado 2020.
Tendencias tempranas del entretenimiento en vivo
Cuestionemos los primeros escenarios basándonos en las tendencias que adoptaron los gigantes de la música y de los que FORBES ya publicó citando a PWC:
- Conciertos online
- Auto concierto
- Aforo limitado (y ahora, con todos los asistentes vacunados)
Para los que ya estamos enfrentando una crisis económica en la post pandemia, este tipo de entretenimiento será un lujo que no podremos permitirnos. Los precios de los boletos deberían cubrir los gastos y dejar un margen para que todos los involucrados tengan sus ganancias y recuperen las pérdidas del 2020. Y para personas como yo, que solo andamos en transporte público y bicicleta, el autoconcierto no es una opción.
Con el streaming pueden llegar a millones de personas, pero ¿por qué pagar por una presentación unilateral que seguramente ya tiene su versión gratuita en youtube? Para justificar su valor, debería tener algo diferente que aporte una experiencia, pensemos en lo que se ha transformado:
Presencia online de los artistas
Plataformas como twitch, instagram, tik tok y youtube nos han dejado ver a los rockstars como los seres humanos que son. Un live streaming en la que se puede interactuar con ellos por medio de un chat. Es divertido verlos armar Legos o jugar Ciberpunk, pero no es suficiente.
Nos gustaría imaginar un performance con ellos en estas redes sociales pero para eso el algoritmo y sus cosas legales tendrían que ser más… ¿inteligentes? Por ejemplo:

¿Se acuerdan de los conciertos con hologramas de Hatsune Miku?
Iniciativas como Fanshare ya están haciendo propuestas para que los músicos puedan tocar desde una ubicación diferente por medio de hologramas. ¿Qué tal si pudiéramos tener ese holograma en la sala de nuestra casa con nuestra familia?
Seguramente el kit del concierto casero tendría un precio alto al inicio, pero si le añadimos una interactividad random que no sea un chat (o bueno, sí puede ser un chat): la verdad es que yo sí ahorraría para tener a Nightwish en mi sala todos los días.
La forma que se me ocurre para hacer de esta experiencia más accesible, podría ser tenerla en mi celular, que cómodamente pueda ser transformado en unos lentes de Realidad Virtual con un pedazo de cartón. Así tendría un concierto VR en el que podría interactuar con la audiencia y el artista. Un ejemplo es la experiencia del final de temporada de Lovecraft Country de HBO o un Animal Crossing en el que sí pueda brincar.
La única preocupación sería quitar todo de mi alrededor antes de cada concierto, para no romper nada en la habitación (pero si lo hago, sería lo más cercano a ser un rockstar en ese momento).
Ojalá que pronto todos podamos estar vacunados y se acabe la pandemia. Personalmente, aunque tenga la vacuna (algún día), los hábitos que desarrollé durante este año solo intensificaron la aversión que le tenía a las multitudes. Antes podía calmarlo en los conciertos de bandas que de verdad amaba; ahora no estoy segura.
Por si tenían el pendiente, la última banda que ví en vivo fue Ghost: