3 libros que amé leer en 2021

Llena de confianza, como todos los 1º de enero de cada año, mi meta era superar el número de libros leídos en 2020 (32 libros), pensando que mi contexto personal sería el mismo como para poder dedicar ese tiempo. No fue así, pero no por ello abandoné mi lista.

A pesar de la limitación y de la poca variedad, comparto una breve selección de las que fueron mis lecturas memorables de un año tan complejo como 2021.

1._ El síndrome de la impostora. ¿Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas?Elisabeth Cadoche, Anne De Montarlot.

Recomendado por mi terapeuta, fue la forma sutil de comunicarme el diagnóstico después de varias semanas de sesiones. 

¿Quién dijo que ir a terapia es bonito? Conlleva mucha introspección y en mi caso, la deconstrucción ha sido un proceso doloroso, en parte porque yo asumía que mis actos y forma de pensar pesimista también era mi responsabilidad (o culpa). Y aquí es donde entra este libro. 

Revela que la confianza en uno mismo no sólo depende de nuestra crianza, en el caso de las mujeres, la sociedad y la cultura machista tiene mucho peso. El libro tiene ejemplos con historias de mujeres en diferentes contextos para entender las aristas del síndrome de la impostora. Suma que cita más recursos bibliográficos y hasta videos de youtube para complementar la lectura.

Definitivamente no es de autoayuda pero sí un empujón para hacernos preguntas y conocernos mejor para ganar más confianza.

2._ Ecos. Atenea Cruz

Otro de mis propósitos del 2021 fue leer a más mujeres escritoras. Andaba con todo para descubrir más de la perspectiva de género y gracias a Facebook y la teoría de los 6 grados de separación que tenemos con otras personas, descubrí a Atenea y le compre 3 libros.

Ecos fue mi favorita, una novela que se dice sobre fantasmas, pero en la que encontré una historia de soledad y el retumbar de viejas memorias en los personajes. Tiene la particularidad de estar escrita de atrás para adelante, si se lee en las dos formas, la misma historia tiene revelaciones interesantes. 

Lo que se me hizo curioso es que no sabía que existe un género literario llamado gótico norteño (de México), mi descubrimiento es que ya había leído varias novelas de este género que recuerdo y me gustan. Creo que ahora es de mis géneros favoritos.

3._ Quiet. The power of introverts in a world that can’t stop talking. Susan Cain.

Llegué a este libro gracias a las preguntas y respuestas de instagram y sus recomendaciones literarias. Como persona introvertida que soy, es algo que debía leer y sacar mis propias conclusiones.

Con ejemplos como la experiencia personal de la autora como persona introvertida y las aventuras de sus introvertidos amigos, trató de decirme durante algunas horas que ser introvertido no significa vivir en el lado oscuro o el lado aburrido. Incluye algunos tips para sacarle partido a esta cualidad en el mundo laboral y escolar, en la que se considera que hablar mucho y con voz fuerte es sinónimo de inteligencia y liderazgo, aunque muchos sabemos que no es así. 

Un poco repetitivo pero supongo que es el punto, convencerte de que es genial y moldear la confianza en uno mismo.


Bonus:

Dune. Frank Herbert.

Como una amante del cine, tenía que leerlo antes del estreno de la nueva adaptación cinematográfica, porque no solo me iba a quedar con la adaptación de David Lynch.

Al inicio este tipo de novelas son un poco pesadas, porque debes adentrarte en el mundo y comprender cosas, lenguajes y referencias de su universo, pero una vez que se agarra el hilo, es imposible parar. 

Y yo que ya no quería leer más sagas. 

Fuego y sangre. George R. R. Martin

Mientras todos esperamos la publicación de Vientos de Invierno, Fuego y Sangre es un buen Oasis para continuar con el universo de la serie en esta precuela enfocada en los Targaryen y sus primeros años de poder. 

Problemas con la familia, incesto, traiciones y dragones, el drama cumple lo que promete y ya no puedo esperar a ver la nueva adaptación de HBOMax en 2022. 


Y así es como termina un año, lista para el siguiente pero ahora no para enfocarme en la cantidad de libros, esta vez elegiré la calidad según mis estándares. Para mí, la lectura es el más noble medio de aprendizaje y entretenimiento, porque la imaginación no tiene límite de presupuesto. 

El resto de mis lecturas pueden verse en este enlace.

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Mis razones para amar la publicidad de Japón

Si creciste en el México de los 90’s (y no podías dormir) seguro recuerdas un programa de media noche en la que solo pasaban comerciales de la TV de todas partes del mundo. De este maratón recuerdo claramente 2 países embajadores de creatividad: Argentina y Japón.

Sobre Argentina hablaré después, pero sobre Japón quiero destacar 4 aspectos que me han encantado de la forma en la que se hace publicidad en aquel país:

  1. Jingles pegajosos
  2. Colores y más colores
  3. Conexión entre la fantasía y la realidad 
  4. Cuentan una historia

Jingles pegajosos

La música original y covers son recurrentes en la publicidad, pero si introducimos un baile y muchos colores, seguro crean una tendencia y empatía con la marca. Así cuando se recuerda, es con una sonrisa.

Lo gracioso es que la música y baile no siempre tienen que ver con el producto en sí:

  • Producto: Computadora de la marca Mouse (algo así como el alienware de acá). ¿Es futurista?, ¿se ve cibernético o nos muestra un procesador super veloz? no exactamente, pero qué buena canción.
  • El producto, obviamente son aguacates de México; no sé ustedes pero, a mi me dan ganas de ir corriendo a la cocina a cantarle a mi despensa

    Colores y más colores 

    En las clases de psicología del color, la recomendación es usar ciertos colores y tipografías para representar a las marcas de tecnología; por eso no es de extrañar que cuando vamos por la calle la publicidad de telefonía celular nos parezca similar una de otra.

    Contrario a la regla, Y! Mobile ha creado una serie de anuncios cada año, llenos de color y gatitos para comunicar sus oferta comercial:

    Conectar la fantasía con la realidad

    Las colaboraciones entre franquicias son recurrentes, lo vemos principalmente en productos de consumo, la diferencia aquí es cómo se crea la conexión entre las franquicias; va más allá de solo colocar la imagen del superhéroe en unas galletas o regalar un viaje a un parque de diversiones.

    Un ejemplo es la colaboración de Shingeki no Kyojin o Attack on Titan, una de las franquicias más populares de anime en los últimos años, serie en la que sus personajes blanden cuchillas para derrotar a los titanes. ¿La conexión? Una marca de rastrillos:

    Shingeki no kyojin + Schick

    Los juegos para mobile que ejemplifican esta conexión, también son Yu-Gi-Oh Duel Links y Hearthstone, dos juegos de cartas y estrategia que tienen más en común con la vida diaria de lo que imaginamos:

    • El juego mobile de Yu-Gi-Oh! Duel Links desplegó su storytelling y color por Shibuya, una de las zonas más concurridas de Tokio, Interviniendo las estaciones de metro, calles y espacios, reconociendo a todos los transeúntes como duelistas:
    • Hearthstone, otro juego mobile y como es posible ser una leyenda:

    Cuentan una historia

    Quizá esto es lo más destacable de todo, mezclar los elementos antes descritos con una buena historia es la fórmula que más me gusta de la publicidad en el país del sol naciente. Añaden un toque absurdo, aunque su objetivo sea vender algo, el texto no es tan directo (o descarado) con la audiencia y al contrario, se vuelven entretenimiento.

    Producto: Chicle o goma de mascar
    McDonalds y su propio mood en una campaña de reclutamiento
    Producto: Una aspiradora y la peligrosa línea sobre humanizar objetos.

    En Latinoamérica y occidente tenemos nuestros ejemplos que cumplen estas características, aunque sigue sin ser la máxima, poco a poco la publicidad se va transformando para volverse un elemento que sorprenda a la audiencia y se vuelva una pieza de entretenimiento.

    Sobre el programa de publicidad que veía mientras tenía insomnio, dejo el comercial que impactó a una generación de occidente, ajena a la publicidad y contexto del anuncio. Un buen día, Calbee, una marca de papas fritas japonesa se preguntó:¿qué hacemos para anunciar una botana infantil? y la respuesta fue este anuncio, mejor conocido en en occidente como » el consome panchi»

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    Por qué alguien de Marketing debería aprender las bases de la programación.

    Cuando tenía 15 años, parte de la carrera técnica que estaba cursando implicó que tenía que aprender a usar HTML. Y así lo hicimos todos, como nuestros ancestros en las cavernas: usando un bloc de notas. Luego llegó Javascript y C++. La verdad, no eran mis materias favoritas, pero lo había pasado bastante bien en los proyectos. Después dejé todo y estudié Ciencias de la Comunicación y Publicidad.

    Mi primer trabajo como profesionista fue en una agencia de medios, mi labor era hacer pautas para los clientes cuando apenas se empezaba a hablar de contratar banners y lo que en ese entonces se conocía como “medios digitales”.  En esa época, si trabajaba con un cliente que se atrevía pedir pauta digital, lo que recordaba de mis tiempos en la preparatoria me ayudaba a comprender mejor sus necesidades y a entender mejor a los medios que necesitaban.

    Hoy la historia es diferente, la línea entre marketing tradicional y marketing digital es invisible; en nuestro contexto, se trata de hacer marketing en un entorno digital.

    En medio de la ola de transformación digital, entender el ecosistema digital es básico en la mayoría de las industrias. Por estas razones considero necesario tener un contexto adecuado:

    • Análisis de datos.

      Para entender el impacto de cada actividad que llevamos a cabo, la forma de medirlo y hacer proyecciones para alinear nuestras acciones con los objetivos de negocio. Aprender como funcionan las bases de datos nos ayuda a darle forma a la información e ingresarla correctamente. Primero  debemos tener claro nuestro objetivo, para saber qué es lo que queremos preguntar.

    • Habilidades del pensamiento: 

      Además de que cada lenguaje de programación es casi como un idioma, notas como Introduction to computational thinking, nos hablan acerca de las bondades de aprender a desfragmentar la información, ordenarla y tener un pensamiento lógico matemático que nos ayudará a la resolución de problemas complejos, no solo dentro de la industria, también en otros aspectos de nuestra vida.

    • Automatización:

      Debemos saber cómo puede jugar a nuestro favor para optimizar tiempos y costos. Por ejemplo, ya no tengo que recibir a cada página web por separado para conocer su inventario de espacios gracias a la compra programática, además, actividades que antes eran 100% manuales como enviar un correo de agradecimiento, ya no son vampiros de nuestro tiempo.

    • Protegerse de los charlatanes:   

      Cuando trabajas en agencia o en algún área relacionada a marketing, llegarán diferentes proveedores a asegurarte que tienen lo mejor y más reciente de “inserte su tendencia aquí”. Hubo un tiempo en los que todos te decían que hacían inteligencia artificial, otra en la que te mencionan que tenían lo último de realidad virtual (presentando códigos QR) y demás anécdotas en las que, si no se tiene un contexto, nos pueden convencer fácilmente.

    Escribo estas líneas a manera de catarsis, pues mi intención es retomar la constancia que puse en mis pasados proyectos, continuar con mi plan de aprendizaje en Python y seguir aprendiendo nuevas cosas.

    Con suerte, mi bot primogénito PIN-8 podrá ver la luz muy pronto.

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    Cómo fue que el internet hizo que mi vida fuera diferente a la de mis padres

    Spoiler: esta publicación es una catarsis. 

    Al fin me registré para la vacuna, y al ver a otras generaciones en la misma fila pensé que nuestros padres jamás hubieran imaginado que un día nuestras vidas serían tan distintas a las de ellos, para después converger en un punto medio, todo gracias al internet.

    Tenía unos 13 o 14 años cuando fui por primera vez a un cibercafé para abrir mi primera cuenta de hotmail y la recuerdo bastante bien: tenía más de 30 caracteres, era friki y terminaba en 666 porque era una adolescente muy darks. Pero desde ese día cambió 5 aspectos de mi introvertida vida:

    1. Entretenimiento
    2. Educación
    3. Trabajo
    4. Pareja
    5. Mis amigos

    Internet es parte básica del día a día para la sociedad que tiene acceso a la información. Aún no son muchos pero, la tendencia sigue incrementándose. Y a partir de marzo de 2020, la demanda por parte de la población creció exponencialmente dejando en evidencia que también hay una amplia brecha digital.

    El estudio Digital 2021: Global Overview report publicado por Data Reportal dice que el 59.5% de la población en el mundo tiene acceso a internet, y esta bonita gráfica de Stadista lo ilustra mucho mejor:


    En México la situación no es muy diferente, la Asociación de Internet MX, publicó en el 17° Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2021 que durante el 2020, somos unos 86.8 millones de personas con acceso a una conexión a internet, y desde los últimos 5 años esto se ha mantenido con un crecimiento anual del 10.2%.

    Somos muchos, es verdad, pero también queda una brecha que hay que cubrir para brindar acceso a la información al resto de usuarios que declaró que no tenía una conexión por falta de recursos o interés.

    Pero volvamos al pasado, cuando esto recién iniciaba y jugábamos insertando comandos en MS-DOS en la escuela, porque tener una computadora con acceso a internet era algo para gente privilegiada (y obvio yo no tenía).

    Pero esto ya había comenzado:

    1._Entretenimiento

    En mi infancia temprana, la televisión estaba educándonos viendo «Los Picapiedra» y «Scooby Doo» unas 5 veces por semana, todas las semanas. Los juguetes que anhelábamos eran los que veíamos en la televisión (que claro, no tuvimos). Mis padres crecieron viendo la carabina de Ambrosio y el chavo del ocho una y otra vez. 

    Jugar afuera y las pláticas, estaban centradas en la familia y los amigos cercanos, que complementábamos con las frases de los shows de televisión o telenovelas.

    Ellos leían “Condorito” y en mi infancia, leía cómics que me prestaban o que podía hojear en los puestos de revistas. Pero en línea, en foros y sitios como los wiki de fans, podía encontrar las sagas, continuaciones e historias fantásticas que tanto me gustan. 

    Quizá hoy cambiamos el chavo de ocho por streamers o tiktokers, chistes efímeros y memes que mañana quedarán cancelados, pero por fortuna el abanico es mucho más amplio. No importa lo raro sea nuestro hobbie, podemos encontrar una información y una comunidad.

    2._ Educación

    La creencia familiar solía ser: Ahorra para una matrícula, por que eso que quieres aprender, solo lo enseñan en tal ciudad, y no te puedes ir aún. 

    Sin internet, mi papá lo hacía a su modo: leyendo en la biblioteca, consiguiendo libros de otras partes del mundo o periódicos y revistas publicados en otras ciudades. El fin era el mismo: comparar fuentes de información y seguir aprendiendo.

    Estoy orgullosa de mi alma mater y de todo lo que aprendí en mi época escolarizada, pero poder aprender algo a mi ritmo a través del aprendizaje en línea, me parece una forma más eficaz de poner en práctica la disciplina propia. También es una ventaja para que las personas que terminamos la universidad hace algunos años, podamos estar actualizadas más rápido en este mundo tan loco. 

    No importa la parte del mundo en la que te encuentres, para casi todo hay un tutorial o un curso en línea, solo debemos buscar.

    3._ Trabajo

    Más allá de que manejar una computadora y tener conocimiento de las TICs es lo que nos da trabajo a muchos, la forma de encontrar ese trabajo fue lo que cambió. 

    Algunos de mis conocidos van a las empresas y dejan su curriculum con los guardias de seguridad, o asisten a eventos de networking para crear relaciones personales y profesionales con las personas y así poder conseguir una vacante. Y creo que este método es muy efectivo en una sociedad como la nuestra, que premia la extroversión.

    Para personas un poco más calladas, el hecho de que un algoritmo a través de LinkedIn considere que somos los candidatos para alguna vacante y que por medio de plataformas de ese tipo podamos explorar todas las posibilidades disponibles, es muy útil para los de personalidad introvertida que preferimos guardar nuestra energía para la entrevista.

    4._ Pareja

    Que curioso que en un lugar lleno de piratería, encontramos lo más auténtico de nuestras vidas

    Mi vato, en la boda de su mejor amigo (al que también conoció en línea).

    Nos casamos oficialmente en un registro civil hace unos 4 años, pero ante las personas del internet y los virus troyanos que habitaban en nuestras computadoras, nuestra primera boda fue en 2006 en un juego llamado Ragnarok Online o RO para los amigos (decíamos que era como League of Legends para pobres).

    Nos conocimos en el chat de una plataforma en la que intentábamos descargar música y películas de las bibliotecas de otras personas (con algunos virus por medio). Hoy es muy común escuchar que las parejas se conocen en línea y llevan una relación a distancia (hasta hay apps para eso), pero en nuestras épocas adolescentes, para mis padres que se conocieron porque eran vecinos, les costó un poco aceptar que esto era algo serio.

    Ilustración sobre Ragnarok Online, realizada y publicada por Mahrzeline.

    5._ Amigos

    Una de las grandes ventajas para los introvertidos que vivíamos en ciudades pequeñas, es que no importa lo raro sea nuestro hobbie, o lo que se quiera aprender, en línea es posible encontrar una comunidad que podrá acompañarnos.

    Antes de las redes sociales y de que los foros se convirtieran en un pozo negro de hate, se podían entablar conversaciones personales y enriquecedoras con desconocidos con los que compartía los mismos gustos e intereses. Tuve la suerte de conocer personas que no eran ningún pervertido encubierto. Aún conservo muchas de esas amistades.

    También hay historias bonitas de la actualidad, como las ARMYs y gente que salva empresas en bancarrota en Reddit:

    A mi mejor amiga no la conocí en línea, pero ambas asistimos a la misma clase de HTML y en la preparatoria; así que punto para el internet.

    La otra cara es que ya no confío ciegamente en los desconocidos en línea, y trato de convencer a mis padres de que tampoco lo hagan a la primera y no revelen información personal en redes sociales. Quizá ni siquiera son personas y solo estamos peleando con bots de alguna granja en la India. 

    Pero bueno, aquí estoy, contando la historia de mi vida en un blog público.

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    Cómo ser autodidacta. Una experiencia personal.

    Empezaré aclarando que no sé sobre pedagogía, ni soy maestra, y mucho menos tengo la verdad absoluta. Lo único que tengo es una experiencia personal que quiero compartir. 

    Mientras crecía, escuchaba a mis familiares y amigos decir que era casi imposible aprender algo por sí mismos y yo me lo creí. Cuando hace algunos años, alguien me dijo que yo era una persona autodidacta (porque había aprendido algo muy bien sin tener una educación escolarizada o “formal” sobre esa materia), me sentí especial pero también muy tonta, ¿porque no me di cuenta antes?, ¿podría aplicar para trabajar en SPACE X? (chiste de South Park). A lo mejor no. 

    Como todos, había utilizado el autoaprendizaje en algún momento de la vida y ese mismo método y entusiasmo que usé para aprender a dibujar o entender la mitología de mundos ficticios, también pude aplicarlo para continuar con mi educación y aprender eso que me llamaba la atención pero que sentía que no era lo suficientemente apta o que sólo podría aprenderlo matriculándome en una escuela muy cara. 

    Así que no me detuve y seguí aprendiendo; y lo que mejor aprendí sobre ser autodidacta fue:

    1. Identificar un interés 
    2. Buscar herramientas a mi alcance
    3. Aprender cómo aprendo mejor
    4. Compartir el mismo interés con otras personas
    5. Ser constante

    1._ Interés

    No importa si el tópico parece tonto o complicado: dinosaurios, campañas digitales o programación. Si algo te interesa, busca, investiga y no te detengas. El proceso de aprendizaje no siempre es placentero y a veces hasta será aburrido, pero si el interés se mantiene, es mucho más probable que sea constante.

    2._ Herramientas. 

    El internet es tu amigo, pero eso ya lo sabías. Hay foros, cursos, tutoriales, herramientas, hasta tik toks con información que puede ser valor para aprender algo nuevo de lo que sea que se esté buscando: cocina, mercadotecnia, tecnología, arte, ciencias.

    Eso no significa que alguien pueda titularse como médico y esté listo para operar a otra persona porque vió muchos tutoriales en youtube. Pero lo que sí hace el internet, es brindar acceso a las guías que nos puedan ayudar a tomar las riendas de nuestra educación y saciar la curiosidad sobre algún tema en específico. 

    Pero el internet también es traicionero; es importante ubicar fuentes de información confiables. No tomemos nada por absoluto. Tampoco confíes en esta entrada de blog, cuestiona todo.

    3._ Aprende a aprender.

    Más información no significa más conocimiento. Ya que se tiene acceso a las herramientas, ahora sí es hora de aprender y para eso se necesita autoconocimiento. Todos somos diferentes, tenemos nuestra forma particular de procesar la información (no memorizar). 

    Por ejemplo, aunque sean muy populares, a mi no me gustan los podcast o los audiolibros, pero sí disfruto mucho de leer o ver videos, porque sé que así recuerdo más fácil las cosas y puedo relacionar las imágenes y letras con los conceptos. Leer o escuchar, escribirlo, repetir en voz alta y sobre todo tratar de ponerlo en práctica. 

    Aunque me llegue a considerar experta en algo, no lo sé todo, además de que hay cosas que ni siquiera sé que no sé (y no sé si debería saber). Aceptar eso me ayuda a mantener la mente abierta y seguir investigando cuando algo me interesa.   

    4._ Compartir.

    Cuando trabajaba en una oficina, mi recorrido diario era pasar frente a un muro que tenía un enorme cartel con una frase que siempre recordaré: “El conocimiento no sirve de nada, si no se comparte”. 

    Nada surge de la nada y somos seres sociales (aunque no todas las personas sean de nuestro agrado). Ese libro o tutorial que vas a leer, lo escribió alguien; ese video o podcast lo hizo alguien que se encargó de digerir los temas para poder transmitirlo. Podemos creer que ya tenemos dominado un tema, pero si compartimos y preguntamos, alguien podría identificar algo que no estamos viendo, o encontrar una aplicación diferente para ese conocimiento.

    Se supone que esa es la labor que debe cumplir la escuela, compartir conocimiento del maestro con sus alumnos y que ellos aprendan de él. Si no se tiene al mejor maestro, busca a alguien que pueda guiarte, pueden ser tus compañeros o un grupo de desconocidos en algún foro en internet. Es muy satisfactorio encontrar personas que nos inspiren para seguir aprendiendo y con las que podamos intercambiar ideas.

    Ser autodidacta no es igual a no depender de nada, ni de nadie. Se necesita una brújula y sólo espero algún día ser tan buena como las personas que admiro.

    5._ Ser constante

    Esto es lo que más trabajo me ha costado. Tuve que entender que aunque digan que tengo “una carrera profesional” no siempre se trata de aprender algo antes que los demás y que debo seguir mi propio ritmo. 

    Una recomendación que recibí de uno de mis maestros fue: “tómate tu tiempo, pero sé constante”. Y él tenía razón, formar un hábito requiere de tiempo y forjar disciplina no es fácil al inicio, pero si se hace todos los días, al final es más sencillo. Ahora no sé si Bojack Horseman también tuvo al mismo maestro:


    Bonus: Mitos sobre ser autodidacta.

    Para ser autodidacta hay que tener mucho dinero.

    No voy a profundizar en la abismal brecha de desigualdad que hay en América Latina; pero como persona que creció sólo con los servicios básicos, puedo contar que mis primeras herramientas fueron la biblioteca escolar y pública, revistas y PDFs que nos prestamos entre varios amigos o que leía gratis en las librerías fingiendo que podía adquirirla.

    No siempre hay que pagar la matrícula cara, o comprar el libro ladrillo a meses sin intereses, siempre hay una opción para la comunidad en algún lugar (como dije, internet es tu amigo).

    Ser autodidacta te hará millonario.

    Más educación no siempre significa más dinero. Hay un montón de factores que intervienen en la percepción de ingresos monetarios. Cuando acepté esto, me animé a investigar y aprender otras cosas que me interesaban, pero como pensaba que no me harían crecer en mi trabajo de ese entonces como Analista, no les dedicaba tiempo. 

    Es verdad que se puede decidir para qué queremos aprender algo: puede ser para solo pasar un examen, para tener un mejor trabajo o solo para adquirir conocimiento que nos ayudará a sobrevivir. Así me dí una oportunidad con las letras, la filosofía y bases de datos (porque me gusta acomodar numeritos). 


    Tal vez no sea experta en Física Cuántica y solo tenga en mi cabeza un montón de conocimiento random y metodologías que no van a salvar a la humanidad; pero algunas de esas cosas que aprendí en mis ratos libres, las he podido usar para crear conexiones y entender temas complejos del trabajo y de mi vida diaria. 

    Y quién sabe, tal vez saber cuántos años viven las gallinas me será de utilidad en algún momento, al menos para divertirme. 

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    9 libros para sobrevivir un año de cuarentena

    Antes de la cuarentena obligatoria que inició en marzo 2020, por el ritmo de vida que tenía, mi hora de lectura era bastante estricta: algunos minutos por las mañanas y en la tarde, mientras tomaba el metro o esperaba el autobús para ir de casa al trabajo y viceversa. Cuando comenzó la pandemia, traté de mantener la misma rutina, y durante algún tiempo lo conseguí.

    Estos fueron algunos de los libros que me acompañaron durante un año de cuarentena:

    1. Life 3.0: Being Human in the Age of Artificial Intelligence de Max Tegmark 
    2. Un mundo feliz de Aldous Huxley 
    3. Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
    4. Meditaciones de Marco Aurelio
    5. Enquiridión de Epicteto
    6. El Tao
    7. Mientras escribo de Stephen King
    8. Cómo empezar a escribir historias de Alberto Chimal
    9. The first 90 days de Michael D. Watkins

    He convivido 24/7 con mi esposo, nuestros gatos y una tortuga, en un espacio de 40m2 con vista privilegiada a la ventana de los vecinos. Llevamos nuestro estilo de vida como si fuéramos pacientes asintomáticos. Siempre en casa, saliendo sólo cuando es estrictamente necesario, por lo que, además de ver muchas series y aprender a hornear pan, durante ese periodo también leí más de lo que había hecho en años anteriores. 

    Puedo resumir las fases que viví durante este año en cuarentena en 3 actos, con su respectivo acompañamiento, quizá alguien pueda sentirse identificado:

    Primera parte: Cómo sobrevivir a un mundo distópico.

    • Life 3.0: Being Human in the Age of Artificial Intelligence de Max Tegmark 
      • Empieza con una historia de ciencia ficción en la que el entretenimiento tiene protagonismo (y que parece que ya estamos viviendo); lo que me atrapó, fue la descripción de los posibles escenarios sociales y políticos en los que la inteligencia artificial podría tener un papel principal. 
      • Bonus: la sección de experiencias personales del autor a la que me gusta llamar “Lo que mi amigo Elon Musk quiso decir es…”
    • Un mundo feliz de Aldous Huxley 
      • Comenzó la etapa de cuarentena y todos los medios intentaban darnos tips para ser felices durante el encierro en plena crisis mundial. Evitar la incertidumbre y temerle a tener miedo, me recordó al SOMA; de pronto me sentí abrumada por tanto entretenimiento. De las pocas novelas de distopía que he leído, creo que esta es la que está más cerca de la realidad que tenemos.
    • Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
      • De mis novelas favoritas de toda la vida. Pocas cosas he podido imaginar tan detalladamente que hasta se pueden oler. El drama de la pandemia de la novela coincidía en algunas cosas que veía en las noticias. Igual que en una película de zombies, mi comunidad parecía tener el mismo sentido común.

    Segunda parte: Aprender a vivir con la incertidumbre.

    • Meditaciones de Marco Aurelio
      • Este señor sabía que podía morir en cualquier momento, y sus reflexiones eran bastante acertadas para nuestros tiempos. Es uno de los principales exponentes del estoicismo; al menos aprendí que no puedo cambiar las cosas o a los demás, pero sí puedo cambiar la forma en la que actúo ante ellos. 
    • Enquiridión de Epicteto (o manual de vida)
      • Más breve que un catálogo de Avón o Betterware, pero con más consejos para dominar el autocontrol. A estas alturas ya era fan del estoicismo, quería ser una buena persona, dominar mis emociones y ser feliz. Después me di cuenta que la biblia se inspiró (le copió) varias cosas. 
    • El Tao
      • El Tao significa “El camino” y su principio 1 es “vive siendo tu mismo”. En realidad lo empecé a leer porque tomaba clases de Kung Fu en línea y quería ser igual de cool que el maestro. Ya sé que usan el Tao en las capacitaciones corporativas, pero en mi caso, decidí conocerlo para ver que podía aplicar dejando ir, siguiendo el flujo del mundo; por que justo eso es lo único que podía hacer en ese momento.

    Tercera parte: Crear algo nuevo.

    • Mientras escribo de Stephen King.
      • Este libro fue un regalo, lo leí antes de que comenzara el caos y es por él que estoy aquí, redactando esta entrada de blog, tratando de seguir practicando la escritura. Confieso que solo había visto las películas y series basadas en los libros del autor, pero no había leído sus novelas antes. El 50% de este libro es autobiográfico y el otro 50% son consejos prácticos, sencillos y muy sinceros acerca del oficio de escribir.
    • Cómo empezar a escribir historias de Alberto Chimal
      • Otro manual sin pretensiones ni fórmulas mágicas, pero plagado de ejercicios y recomendaciones para practicar la escritura creativa. Tener una copia de este libro, es como asistir a alguno de los talleres que imparte Alberto Chimal. 
    • The first 90 days de Michael D. Watkins
      • Si tienes un nuevo trabajo o nuevo rol, este libro es de ayuda para una rápida integración o evaluación del nuevo puesto (por qué se vale decir esto no es lo mío y mejor seguir buscando). Algunos de sus consejos quizás ya los has escuchado, pero no está de más que un bestseller te los recuerde y te diga que no debes descuidarlos. 

    Las fases que describo no tienen un orden específico, algunas las viví al inicio y se fueron mezclando. Cada quien está procesando la situación de incertidumbre de diferentes formas. Pero si te has identificado con alguna, espero que estas recomendaciones puedan ser de ayuda.

    Por supuesto que leí cosas más alegres y que estimularon mi imaginación, pero ese top será para después.

    Si alguien tiene curiosidad, aquí se puede consultar el resto de mis lecturas de 2020.

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    Mi último concierto en 2020 y que podría pasar en la industria post cuarentena

    Ha pasado un año desde que estuve en un concierto y ahora con una vacuna que promete salvarnos del apocalipsis, quiero imaginar un escenario viable para el target no VIP, es decir los que compramos boletos en cancha o en “el palomar” y que ya no podemos convivir con la multitud.

    El 03 de marzo de 2020, asistí al palacio de los deportes en CDMX para ver a una de mis bandas favoritas en la que quizá fue mi última experiencia de ese tipo. Canté y bailé abrazando a mis amigos y a unos extraños mientras bebíamos juntos. Era feliz y lo sabía. 

    Un par de semanas más tarde apareció en los medios que uno de los asistentes de ese mismo concierto había muerto por COVID-19. Después de confirmar que mis amigos estaban bien y que ir al cierre de un tour llamado: A Final Gig Named Death no fue una idea muy inteligente, vimos cómo surgieron tendencias para que los músicos y las bandas sobrevivieran al apocalipsis llamado 2020.  

    Tendencias tempranas del entretenimiento en vivo

    Cuestionemos los primeros escenarios basándonos en las tendencias que adoptaron los gigantes de la música y de los que FORBES ya publicó citando a PWC:

    • Conciertos online
    • Auto concierto
    • Aforo limitado (y ahora, con todos los asistentes vacunados)

    Para los que ya estamos enfrentando una crisis económica en la post pandemia, este tipo de entretenimiento será un lujo que no podremos permitirnos. Los precios de los boletos deberían cubrir los gastos y dejar un margen para que todos los involucrados tengan sus ganancias y recuperen las pérdidas del 2020. Y para personas como yo, que solo andamos en transporte público y bicicleta, el autoconcierto no es una opción. 

    Con el streaming pueden llegar a millones de personas, pero ¿por qué pagar por una presentación unilateral que seguramente ya tiene su versión gratuita en youtube? Para justificar su valor, debería tener algo diferente que aporte una experiencia, pensemos en lo que se ha transformado:

    Presencia online de los artistas

    Plataformas como twitch, instagram, tik tok y youtube nos han dejado ver a los rockstars como los seres humanos que son. Un live streaming en la que se puede interactuar con ellos por medio de un chat. Es divertido verlos armar Legos o jugar Ciberpunk, pero no es suficiente. 

    Nos gustaría imaginar un performance con ellos en estas redes sociales pero para eso el algoritmo y sus cosas legales tendrían que ser más… ¿inteligentes? Por ejemplo:

    ¿Se acuerdan de los conciertos con hologramas de Hatsune Miku?

    Iniciativas como Fanshare ya están haciendo propuestas para que los músicos puedan tocar desde una ubicación diferente por medio de hologramas. ¿Qué tal si pudiéramos tener ese holograma en la sala de nuestra casa con nuestra familia?

    Seguramente el kit del concierto casero tendría un precio alto al inicio, pero si le añadimos una interactividad random que no sea un chat (o bueno, sí puede ser un chat): la verdad es que yo sí ahorraría para tener a Nightwish en mi sala todos los días.  

    La forma que se me ocurre para hacer de esta experiencia más accesible, podría ser tenerla en mi celular, que cómodamente pueda ser transformado en unos lentes de Realidad Virtual con un pedazo de cartón. Así tendría un concierto VR en el que podría interactuar con la audiencia y el artista. Un ejemplo es la experiencia del final de temporada de Lovecraft Country de HBO o un Animal Crossing en el que sí pueda brincar.

    La única preocupación sería quitar todo de mi alrededor antes de cada concierto, para no romper nada en la habitación (pero si lo hago, sería lo más cercano a ser un rockstar en ese momento).

    Ojalá que pronto todos podamos estar vacunados y se acabe la pandemia. Personalmente, aunque tenga la vacuna (algún día), los hábitos que desarrollé durante este año solo intensificaron la aversión que le tenía a las multitudes. Antes podía calmarlo en los conciertos de bandas que de verdad amaba; ahora no estoy segura.

    Por si tenían el pendiente, la última banda que ví en vivo fue Ghost:

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    Por qué hacer público un diario personal

    En el contexto apocalíptico del año 2021, el contenido sobre minimalismo y prácticas optimistas para sobrellevar una pandemia no han sido el motivo principal para tomar esta decisión. Y tengo varias razones:

    Después de ver numerosos reality shows y muros de Pinterest abrazando el minimalismo, descubrí que estoy rodeada de cosas que me ha costado dejar ir, que saturan mi espacio personal y que me impiden concentrarme; esa es la respuesta que daré cuando me vean incendiar mis diarios físicos.

    Una razón menos profunda, es que la probabilidad de contagiarme de COVID-19 me parece muy alta. Nunca había estado tan consciente de que podría estar en riesgo de morir.

    Puedo imaginar mi funeral de social media con un muro citando frases, rezos y deseos de buenas personas que me conocieron parcialmente. Al día siguiente alguien encontrará mis diarios escondidos bajo la cama, los leerá y descubrirá todo lo que pensaba pero no decía. En ese momento mi alma interrumpirá su viaje hacia la luz, regresará y deambulará atormentada por toda la eternidad. No quiero que los otros fantasmas se burlen de mí.

    Lo anterior tampoco es un motivo real; siendo honesta desde los 12 años no he parado de escribir en mis diarios. Algunos años llené libretas enteras y en otros solo algunas hojas con frases sueltas, pero todo lo que pensaba y aprendí durante esos años está escrito en papel y quiero compartirlo.

    Pueden tranquilizarse, no todo serán anécdotas de una adicta al internet y la cultura pop. Me considero una persona curiosa y me gusta de aprender de todo un poco; algunas de esas cosas raras las he podido ligar con mi profesión como especialista de Comunicación y Marketing en la que ya llevo casi 10 años. Con algo de suerte, también podrá ser de utilidad para alguien más.

    Espero que disfrutes la lectura de mis reflexiones inconexas.

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